Pueblos
Sagsai

Bayan-Ölgii • Mongolia • 1760 m
El pueblo de Sagsaï (Uujim) es una pequeña localidad situada en la provincia de Bayan-Ölgii, en el extremo occidental de Mongolia, cerca de las majestuosas montañas de Altái y las fronteras con Kazajistán y China. Ubicado a una altitud de aproximadamente 1.760 metros, a orillas del río Kovd, este pueblo ofrece paisajes espectaculares que combinan vastas estepas, valles glaciares y picos cubiertos de nieve, característicos de esta región remota. Con una población de alrededor de 5.783 personas (en 2025), Sagsaï está habitado predominantemente por kazajos étnicos, una comunidad unida que ha preservado sus tradiciones culturales únicas, incluida la caza con águilas reales.
El pueblo se encuentra a unos 27 kilómetros al sureste de la capital provincial, Ölgii, y se puede llegar en menos de una hora en coche o en vehículo todoterreno. Esta cercanía lo convierte en un destino accesible, manteniendo a la vez un ambiente más tranquilo y auténtico en comparación con la ciudad principal. Sagsaï es conocido por su modo de vida tradicional y nómada. La mayoría de los habitantes son pastores, viviendo al ritmo de las estaciones y cuidando sus rebaños de ovejas, cabras, camellos y caballos.
Cada otoño, el pueblo se convierte en el epicentro cultural de la región gracias a su propio Festival del Águila. Aunque es de menor escala que el festival de Ölgii, el evento de Sagsaï es considerado más íntimo y auténtico, ofreciendo una inmersión profunda en la cultura kazaja. Los participantes, a menudo provenientes de familias que han practicado la caza con águilas durante generaciones, presentan con orgullo a sus majestuosas aves y compiten en diversas pruebas de caza y manejo. Los visitantes también pueden admirar los trajes tradicionales ricamente decorados, que reflejan el excepcional arte y la maestría de los artesanos locales.
Además del festival, Sagsaï es un excelente punto de partida para explorar los alrededores, especialmente las montañas de Altái, hogar de lagos cristalinos, glaciares y petroglifos antiguos que datan de la Edad de Bronce. La región también ofrece oportunidades para practicar senderismo, realizar excursiones a caballo y sumergirse en la vida cotidiana de las familias nómadas, quienes reciben cálidamente a los viajeros curiosos por descubrir su modo de vida ancestral.